Salmo domingo 31 ciclo A

Salmo 130, 1-3


Señor, guarda mi alma en la paz junto a ti.

Mi corazón no se ha enorgullecido, Señor,
ni mis ojos se han vuelto altaneros.
No he pretendido grandes cosas
ni he tenido aspiraciones desmedidas.

Yo aplaco y modero mis deseos:
como un niño tranquilo
en brazos de su madre,
así está mi alma dentro de mí. 
Espere Israel en el Señor,
desde ahora y para siempre.