Salmo tercer domingo de pascua, ciclo A

Salmo 15, 1-2a. 5. 7-11


Señor, me harás conocer el camino de la vida.

Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.
Yo digo al Señor: Señor, tú eres mi bien.
El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz,
¡tú decides mi suerte!

Bendeciré al Señor que me aconseja,
¡hasta de noche me instruye mi conciencia!
Tengo siempre presente al Señor:
él está a mi lado, nunca vacilaré.

Por eso mi corazón se alegra,
    se regocijan mis entrañas
y todo mi ser descansa seguro:
porque no me entregarás a la muerte
ni dejarás que tu amigo vea el sepulcro.

Me harás conocer el camino de la vida,
saciándome de gozo en tu presencia,
de felicidad eterna
a tu derecha.