Salmo 80, 3-8a. 10-11b
Cantemos con júbilo al Señor, que es nuestra fuerza. Entonen un canto, toquen el tambor, y la cítara armoniosa, junto con el arpa. Toquen la trompeta al salir la luna nueva, y el día de luna llena, el día de nuestra fiesta. Porque esta es una ley para Israel, un precepto del Dios de Jacob: Él se la impuso como norma a José, cuando salió de la tierra de Egipto. Oigo una voz desconocida que dice: «Yo quité el peso de tus espaldas y tus manos quedaron libres de la carga. Clamaste en la aflicción, y te salvé». «No tendrás ningún Dios extraño, no adorarás a ningún dios extranjero: Yo, el Señor, soy tu Dios, que te hice subir de la tierra de Egipto».