Salmo domingo 26 ciclo B

Salmo 18, 8. 10. 12-14


Los preceptos del Señor alegran el corazón.

La ley del Señor es perfecta,
reconforta el alma;
el testimonio del Señor es verdadero,
da sabiduría al simple.
 
La palabra del Señor es pura,
permanece para siempre;
los juicios del Señor son la verdad,
enteramente justos.
 
También a mí me instruyen:
observarlos es muy provechoso.
Pero ¿quién advierte sus propios errores?
Purifícame de las faltas ocultas.
 
Presérvame, además, del orgullo,
para que no me domine:
entonces seré irreprochable
y me veré libre de ese gran pecado.