27 de agosto
Salmo 137, 1.3.8 (R/.:144, 18)
Cerca está el Señor de los que lo invocan sinceramente. Te doy gracias, Señor, de todo corazón, porque escuchaste mis palabras; delante de los ángeles tañeré para ti. Cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor en mi alma. El Señor completará sus favores conmigo. Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos.